Las perforaciones faciales en labios, lengua y mejillas se han convertido en formas populares de autoexpresión. Sin embargo, esta moda puede causar serias consecuencias médicas y dentales.
Debido a la existencia de millones de bacterias en la cavidad bucal y al posible acúmulo de alimentos alrededor de los mismos, los piercing en la boca pueden provocar infección e inflamación de los tejidos.
Es muy habitual morder el piercing de la lengua mientras se habla, se come o se duerme, lo que puede provocar la fractura del esmalte del diente o incluso una fractura más profunda, lo que puede requerir un tratamiento de conducto o la extracción de la pieza. Además, el roce repetido contra los dientes puede causar su desgaste o contra las encías puede provocar su recesión.
En pacientes con tratamiento de ortodoncia, además de los riesgos anteriormente expuestos, existe la posibilidad de que los piercings puedan engancharse en los brackets, causando incomodidad o daños a los aparatos de ortodoncia y los dientes, lo que podría alargar el tiempo de tratamiento.
Si se está planteando un tratamiento de ortodoncia, es aconsejable aprovechar la oportunidad para quitar los piercings y permitir que el sitio de la perforación se cure.